Cara Norte de Columbares

De los montes que rodean la ciudad de Murcia, Columbares es junto con Los Mamellones una de las zonas más "salvajes", de las menos transitadas y con caminos menos definidos. Una salida por la zona te traslada a las sensaciones de hace 10 años, cuando esto del trail running no estaba tan de moda y el monte era un templo para el reposo del espíritu.

 

La subida a Columbares tiene varios accesos, cada uno con sus peculiaridades, La cara sur es la más fácilmente accesible y la que he realizado más veces, y luego están la cara este y oeste, que ofrecen un poco más de dificultad y que también he realizado en más de una ocasión. Pero la cara norte se me había resistido desde que conocí de su existencia gracias al magnífico libro de Ángel Ortiz "Excursiones por el Municipio de Murcia", más que nada por la dificultad que entraña encontrar el camino de acceso sin invadir o saltarse las vallas de las muchas fincas privadas que hay en esa zona.

 

Desde que ese libro cayó en mis manos hasta hoy han pasado muchos años, y como el tiempo no pasa en balde, la tecnología ha facilitado enormemente trazar y seguir rutas, así que ayer finalicé una asignatura que tenía pendiente y por fin coroné Columbares por la ruta más difícil y más bonita de todas, la de su cara norte.

 

La montaña no nos lo puso fácil, porque la cara norte cae vertical hacia el paisaje lunar semidesértico que hay entre el Puerto del Garruchal y el Collado de los Ginovinos, pero logramos encontrar el "Paso de la Piedra Inclinada" y superar el pequeño tramo de escalada a pocos metros de la cumbre. Al final vino la recompensa al esfuerzo realizado y pudimos disfrutar de este atardecer...