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Acudimos a la I edición del maratón por montaña del Calar del río Mundo que organizaba Lurbel y que tiene su salida y llegada en la localidad albaceteña de Riopar. Las previsiones del tiempo en un principio presagiaban una edición revoltosa, debido a la niebla y sobre todo a las abundantes lluvias que han provocado que incluso se tengan que desaguar los pantanos de la zona, que pertenecen a la cuenca hidrográfica del segura, caracterizada por su pertinaz sequía.
Estas insistentes lluvias han provocado hace poco uno de los mayores reventones de los chorros de la cueva donde nace el río mundo que se recuerdan en más de 20 años. El llamado "reventón", consiste en un aumento bastante significativo del volumen de agua, que sale como un chorro a presión y que puede ser hasta cien veces superior al de cualquier otro momento. El espectáculo dura normalmente un día, formando una de las cataratas más espectaculares de España.
Este fenómeno especial se produce porque la meseta kárstica en la que se encuentra la cueva, esta repleta de simas y grutas de decenas de kilómetros, donde la nieve y el hielo pueden llegar a taponar la salida de la gruta acumulando el agua en su interior. Llega un momento, sobre todo al comienzo de la primavera cuando las temperaturas suben, que el tapón se deshace y se produce el fenómeno llamado el reventón.
Por suerte las previsiones meteorológicas fueron mejorando a medida que la fecha se acercaba y al final tuvimos un frío, pero espléndido día soleado para correr y disfrutar de los estupendos paisajes, aunque sufrimos bastante las últimas lluvias en la zona, principalmente por el barro que nos acompañó durante toda la carrera y por el abundante agua que nos encontramos en bastantes sitios y que hizo complicado el llevar los pies secos.
Cuando nos fuimos hacia la salida el termómetro del coche marcaba 1ºC, por lo que íbamos bien abrigados, pero una vez iniciada la carrera la temperatura era agradable para correr. Debido a que teníamos reciente la Vuelta a Sierra Espuña y que en breve tenemos varias ultras más a la vista nuestro objetivo es simple, acumular kilómetros como entrenamiento para otras carreras más largas y disfrutar.
Desgraciadamente la cámara que me ha acompañado en las últimas ultras ha pasado ha mejor vida, no murió como sería de esperar en lo alto de un risco, ni ahogada en un río, sino en una caída fortuita en casa, cosas del destino. En su lugar y hasta que encuentre una sustituta llevo el móvil, con el que no podré hacer un vídeo de la misma calidad pero es suficiente para conservar un buen recuerdo de esta bella carrera.
Comenzamos el recorrido con un ritmo tranquilón y ya desde el principio tenemos que saltar algún que otro riachuelo y lidiar con el barro, hasta que comenzamos la primera subida y tras la bajada nos encontramos con que tenemos que cruzar el río mundo y esta vez no hay manera de pasar sin meter el pie hasta el tobillo. Como no tenemos prisa, decidimos descalzarnos, pasar y volver a calzarnos en la otra orilla, ya que la temperatura es baja y las zapatillas y calcetines tardarán un poco en secarse y no queremos correr el riesgo de acabar con ampollas.
En esos momentos me viene una imagen visual de mi par de calcetines de repuesto, metidos en la bolsa de deporte que he dejado en la casa rural. Cruzando perdemos bastante tiempo, entre calzarnos y que me dedico a grabar a los que cruzan, nos pasa bastante gente, quedándonos en cola de carrera.
Pasamos el primer control apenas sintiendo los pies de lo fría que estaba el agua y continuamos subiendo las escaleras que suben paralelas al nacimiento del río mundo, por el que sin duda es el rincón más fascinante del recorrido, máxime porque las intensas lluvias nos han regalado un caudal de la catarata impresionante y que será difícil de ver igual en futuras ediciones de esta carrera.
Luego continuamos por una senda hasta volver a un pequeño núcleo de población que ya pasamos a los pocos kilómetros de empezar la carrera, ya que hay un tramo de aproximadamente cinco kilómetros que se repite, por lo que subimos por segunda vez la cuesta, esta vez haciendo uso de los bastones plegables, para descargar un poco las piernas. En este tramo coincidimos con gente de la media maratón, cuya salida fue dos horas después y nos separamos en lo alto, ya que ellos comenzaran la bajada hasta el río mundo y nosotros seguiremos subiendo.
A los 1.500 metros de altitud nos encontramos con las primeras nieves y el paisaje cambia a una pradera de matorral bastante encharcada, por lo que iremos con los pies mojados otro rato, nos deleitamos con los paisajes, parando a hacer fotos y vídeos y nos cruzamos con otros corredores que ya viene de vuelta tras coronar el techo de la carrera a casi 1.700 metros.
Afrontamos la última subida con los bastones y al comenzar la bajada es obvio que vamos de los últimos, ya que nosotros no nos cruzamos con nadie subiendo. El avituallamiento de esta zona esta falto de agua, ya avisaba la organización que sería espartano al tener un difícil acceso, por lo que recargan las botellas con el agua del riachuelo que pasa por allí y que aseguran que es purísima, pero yo no dejo de mirar las vacas que pastan a sus anchas y las enormes plastas que dejan y uno que se ha dedicado bastantes años a las cosas estas de la salud pública y el análisis de las aguas, no puede dejar de pensar en la salmonela y otros parásitos, pero la verdad es que llevamos la botella vacía y necesitamos agua, así que no queda más remedio que arriesgarse con lo que hay.
Comenzamos a bajar y los paisajes nos vuelven a sorprender gratamente, estamos disfrutando de lo lindo y como la bajada es larga, cogemos buen ritmo y empezamos a pasar a gente recuperando posiciones, hasta que llegamos a la última subida que la organización ha tenido que acortar por el barro, por lo que no subimos a las antenas, pero aún así se hace muy dura ya que es bastante vertical. El cambio de recorrido ha quitado unos 200 metros el desnivel de subida a cambio de meter algún kilómetro de más.
Paramos para grabar un poco y deleitarnos con las vistas, quedándonos de nuevo un poco rezagados, así que volvemos a apretar bajando y pasamos a algunos corredores, como vamos con buenas sensaciones hacemos los últimos kilómetros apretando y entramos en meta con siete horas y 16 minutos. Allí me saluda Alberto del Club Trail Albacete con quien coincidí en la vuelta a Sierra Espuña y a quien posiblemente vuelva a ver en breve en la Ruta de Las Fortalezas. La experiencia no ha podido ser más positiva, es una de esas carreras que no te importaría repetir y de las que aconsejas a los amigos.
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Este programa de la 2 de TVE no solo se enfoca en la carrera y en la experiencia de los participantes, sino que nos descubre la gastronomía, entorno y cultura de los lugares donde tienen lugar las carreras. Aquí dejamos el vídeo que el programa dedicó al maratón por montaña en el Calar del Río Mundo "Desafío Lurbel" en tres partes: