|
Cuando me inscribí en esta marcha no competitiva de 54 km y 2.000 m+ organizada por el Club Senderista de Totana tenía mis dudas, ya que en el reglamento se hablaba de dos tramos cronometrados, uno de subida y otro de bajada y se establecían tanto unos tiempo de paso máximos como otros mínimos.
Tras contactar con la organización, rápidamente resolvieron mis dudas. El tramo cronometrado de bajada se suspendió porque el parque no lo autorizó, pero se mantenía el tramo cronometrado de subida por el cortafuegos de la perdiz de 1 km, que es independiente del tiempo empleado en llegar hasta allí, solo contabiliza ese tramo de subida.
En cuanto al tiempo de paso mínimo nos dicen que se puede ir todo lo rápido que uno quiera, pero que si se sobrepasa el ritmo máximo establecido de 7 km por hora no se garantizan los avituallamientos, cosa que no me preocupaba mucho, porque hacer esos km por hora en Sierra Espuña y mantener el ritmo durante 54 km no me parece para nada fácil. En caso de ir por debajo de los 4,5 km hora se deberá abandonar la prueba.
Aclarado todo me dispongo a afrontar esta vuelta como un entrenamiento para los 101 km de Ronda y me acompaña como compañero de aventuras Cayetano, que este año se ha estrenado en la montaña y hoy lo hace en la distancia, aunque tiene en su haber muchos maratones de asfalto y no tengo ninguna duda de su capacidad para terminar el reto. También viene Pedro para entrenar Ronda, pero su planteamiento es ir a un ritmo más tranquilo, por lo que no le veremos durante el recorrido.
Comenzamos trotando suavemente y afrontamos la primera subida, larga pero corrible. Vamos un grupo de unos diez corredores, pero en el primer avituallamiento Cayetano y yo no paramos y de repente nos vemos en cabeza unos 3 km, cuando Cayetano me comenta que algo va mal, que no lo ve normal, pero le tranquilizo diciéndole que no se preocupe, que acabamos de empezar y que cuando empiecen las primeras cuestas de verdad nos pasarán. Un poco después como llevamos un buen ritmo y queda mucha carrera, paramos a beber y nos ponemos detrás de un grupo de unos cinco corredores.
Tras comer un poco, vemos que llevamos unos 40 minutos de retraso con el tiempo de paso mínimo, por lo que vemos factible cumplir la media de 7 km por hora, ya que aunque nos queda la mitad de la carrera y el cansancio se irá notando, la mayoría del desnivel de subida ya lo hemos dejado atrás y comenzamos una vertiginosa bajada de 10 km en la que adelantamos a mucha de la gente que nos había pasado anteriormente y llegamos a la comida en la Finca Caruana.
Tras una breve pausa para comer seguimos adelante corriendo mientras podemos y andando las subidas, hasta que tras pasar el km 42, felicito a mi compañero por haber realizado su primera maratón de montaña, para descubrir en el avituallamiento del 43 que nos hemos saltado algún cruce y nos hemos tragado algún kilómetro de más, porque la gente viene por una senda y nos volvemos a encontrar con corredores que ya habíamos pasado.
Por el camino pudimos conversar con Alberto y Borja del club Albacete Trail, después de bromear del mérito que tiene eso de dedicarse a correr por montaña en Albacete y comentar algunas próximas carreras por hacer en esa provincia (Maratón de Riopar y Quixote Legend sin ir más lejos), llegamos juntos al último avituallamiento donde nos despedimos, ya que a falta de tan solo 5 km para meta mi compañero y yo no queríamos enfriarnos y ellos decidieron parar un poco porque Borja tenía una molestia en la rodilla, así que seguimos hasta meta haciendo los últimos kilómetros apretando como a mi me gusta y Cayetano pudo completar su primera ultra con muy buenas sensaciones. Llegamos a meta en 7 horas y 36 minutos, cumpliendo como un reloj el ritmo de 7 km por hora, en posición 30 y 31, los primeros nos sacan una hora y cuarto. Alberto y Borja aparecieron un rato después y les hice un par de fotos entrando en meta. Pedro aparece a los 44 minutos cuando ya nos íbamos, justo a tiempo para que podamos despedirnos.
La Vuelta a Sierra Espuña me ha dejado muy buen sabor de boca. Es una muy buena opción como entrenamiento por su carácter no competitivo, porque al ir muchos senderistas existen avituallamientos cada 5 km y porque en esta edición lo peor se deja atrás en los primeros 25 km, cuando las fuerzas todavía están frescas. Todo esto hace que sea una carrera sin presiones y muy cómoda para un corredor, con una distancia que permite un buen entrenamiento de fondo pero sin sufrir y desgastarse en exceso, pasando además por buena parte del parque de Sierra Espuña, por lo que los paisajes son espectaculares.
|