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No conocía este valle de Málaga, que queda encajonado entre la Serranía de Ronda, la Sierra de Las Nieves, La Sierra de Grazalema y el Parque Natural de los Alcornocales... casi nada. Había hecho carreras cerca como, los 101 km de Ronda, o la Ultra Trail Sierras del Bandolero, pero no me esperaba una comarca tan bonita, con bosques de alcornoques, castaños, encinas, pino... muy verde por la cercanía del atlántico y su abertura natural al mediterráneo por Estepona y el campo de Gibraltar, con el peñón de fondo... algo me dice que volveré a visitarla.
Este año la Gran Vuelta al Valle del Genal de 130 km, contaba con una distancia cienmillera, pero debido a que el recorrido no era circular, ya que salía desde Estepona a nivel del mar, la logística para los que vamos desde lejos se complica y decidimos apuntarnos a la clásica. En esta ocasión como en tantas otras me acompañaría Javier, mi asiduo compañero de aventuras. Una característica de esta carrera es que recorre todos los pueblos del Valle, turnándose entre ellos la salida y meta cada año, por lo que aunque la vuelta es circular, el perfil de la ruta varía según la carrera sale de uno u otro pueblo, correspondiendo este año el honor a Genalguacil.
La semana de antes ocurrieron los episodios de lluvias torrenciales que todos pudimos ver en los medios de comunicación nacionales, y aunque el fin de semana amenazaba con lluvia, finalmente tuvimos suerte y la cosa no fue más allá de un fino chispeo en algunos tramos. Eso sí, la segunda noche las temperaturas cayeron en picado y el frío hizo acto de presencia. En la primera noche en cambio la temperatura fue muy agradable, desde el breve tiempo que transcurrió desde la salida a las 6 de la mañana hasta que amaneció unas dos horas después.
La salida emocionante y bonita, con unos efectos de música y luces bastante bien conseguidos. La carrera transcurre en su mayoría por pistas y sendas sin demasiada exigencia técnica, por un entorno natural impresionante y atraviesa los típicos pueblos blancos andaluces. La carrera básicamente consiste en ir a un pueblo subiendo un monte, luego bajando al río, para nuevamente volver a subir hasta el monte del pueblo siguiente, así una y otra vez, por lo que aunque no tiene un desnivel bestial (son 6.000 m+ en 130 km), si que es un contínuo sube y baja, que pondrá a prueba tus piernas.
El trazado original se tuvo que variar en algunos tramos, ya que las lluvias torrenciales han destruido caminos y derribado árboles, por lo que entre el mal estado de algunos caminos y el riesgo de nuevas lluvias, se suprimieron algunas zonas más técnicas como "Los Riscos" llegando al pueblo azul de Júzcar, el de "los pitufos" y el temido ascenso al "Capitán", este año sería más corto.
Se trata de una carrera de las que me gustan, su desnivel medio y altitud máxima (la zona más alta no llega a 1.200 m), hacen que se puede correr en muchos tramos si las fuerzas te acompañan y es muy variada en paisajes, pasando de zonas de alcornocales con sus troncos anaranjados al desprenderlos del corcho, a valles de castaños con un espectacular verde intenso. También hay zonas más oscurecidas de encinar y otras salpicadas de pino, sin olvidar los espectaculares bosques de ribera junto al río, vestidos de ocre y rojo en otoño.
El punto más alto de la carrera en esta edición se alcanza enseguida, tras pasar el pueblo de Jubrique. Luego viene algún tramo largo por asfalto... menos mal que los paisajes lo hacen llevadero. Y la carrera va transcurriendo en su mayoría por pistas y sendas bien trazadas, en un constante bajar y subir por toda la orografía del Valle para conseguir visitar todos sus pueblos, lo que a veces obliga a dar unos giros cuando tienes algún pueblo al alcance de la vista, para aumentar la distancia natural entre pueblos cercanos.
La bolsa de vida, se recogía a mitad de carrera en Alpandeire, pueblo natal de Fray Lepoldo, capuchino beatificado que con tantos devotos cuenta, sobretodo en Granada, donde esta enterrado. Nosotros llegamos de día e hicimos una parada larga para reponer fuerzas, cambiarnos de ropa y comer algo. Me llamó la atención cuando miré los avituallamientos y vi anunciados "Yatekomo", pero tengo que decir que para una carrera es una gran idea, es una forma fácil y rápida de preparar pasta en dos-tres minutos con solo un poco de agua caliente.
Cuando salimos de Alpandaire ya había anochecido y nos dispusimos a afrontar la noche, hasta que al llegar a Benadalid en el km 86, Javier me dijo que se retiraba por unas molestias. Desde nuestra participación conjunta la Ultra Trail de la Sierra de Tramontana, seis años atrás y que fue nuestra primera carrera de más de 100 km, tenemos un pacto no escrito, de que o llegamos juntos o nos retiramos juntos. Ese pacto nos obliga a mirar el uno por el otro, y se que si Javier me plantea la retirada es que algo no va bien, así que dejamos una muesca pendiente en el cinturón.
Llevábamos 18 horas en carrera y nos quedan 14 horas para poder completar la última maratón del recorrido, pero es una distancia que si no vas bien son muchas horas y conozco a Javier lo suficiente para no insistirle como en otras ocasiones, en las que he tirado de él o él a tirado de mi, así que acabamos nuestra aventura, eso sí, con un buen sabor de boca... el de haber participado en una espectacular carrera.
Como anécdota comentar que la noche coincide con el cambio horario de invierno, por lo que los relojes se atrasan en plena carrera y mientras esperábamos que nos recogieran en Benadalid, llegó un corredor pasadas por las 2 de la mañana al punto de corte establecido por la organización y querían retirarlo, pero alegaba que debía aplicarse el nuevo horario de invierno, que retrasaba el reloj una hora. Me dio la impresión de que llevaba razón, ya que además del horario de los tiempos de corte, si se tenían en cuenta las horas que daban desde la salida hasta ese punto, la cuenta salía con el retraso de la nueva hora. Hasta ese punto llegaron también corredores de las cien millas, uno de ellos bastante castigado por las ampollas y que pudo continuar tras darle Javier el arsenal de Compeed que llevaba en la mochila.
Todas las fotografías en este enlace.
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